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Refranes graciosos para niños y su significado
Para cualquiera que escuche un refrán, es fácil identificarse con lo que están escuchando, pues los refranes están compuestos de palabras coloquiales y de uso común. Al ser expresiones cuyo origen provienen del pueblo, y que además se conservan gracias al de boca en boca a través de muchas generaciones, es usual que se compongan palabras sencillas usadas por todos. Lo que lleva a generar situaciones muy graciosas, porque es más fácil identificarse con la cotidianidad que con expresiones más complicadas. La capacidad que tiene un refrán de expresar ideas de forma sencilla, y con palabras simples, es lo que los vuelve tan pegadizos y accesibles. Si a esto se le agrega elementos graciosos como exageraciones o comparaciones, hacen del refrán una forma segura de hacer reír a las personas. Lo más importante no es que sean capaces de reír con el refrán, sino que además entiendan el mensaje que encierran. En general, son muchas las personas que se relacionan más con el humor de un dicho, que con su contenido.
Refranes divertidos con humor
Algunos refranes empiezan a ser graciosos cuando son ligeramente modificados. Quizás un refrán tradicional con un pequeño cambio en las palabras, termine resultando en una frase graciosa pero con el mismo contenido moral. Incluso, hay refranes que son tan conocidos que aunque sean modificados, son fácilmente reconocibles, por lo que un cambio en su estructura tan solo ayuda a darle un toque extra de comicidad a la situación. Un refrán pasa a ser una frase humorística, sin dejar de lado su valor moral.
El uso de ironías, sarcasmos y exageraciones son características propias de un refrán, pero también de un chiste. Así pues, ambas figuras se alimentan la una de la otra, por lo que no es raro reírse con un refrán o aprender una lección con un chiste. La diferencia radica es que el chiste está diseñado para hacer reír, mientras que el refrán lo está para aprender una lección. Pero ambas manifestaciones son expresiones populares características de una cultura en particular. Nacen de la expresión popular, por lo que es normal que no sigan reglas rígidas en cuanto a su estructura. Aun así, la capacidad que tenemos para reírnos de un refrán o de un chiste, viene esencialmente de la capacidad que tenemos de identificarnos con la situación que se está planteando.
Una actualización en los refranes
A pesar que se considera que los refranes están en desuso y van en vías de desaparecer, los refranes todavía son parte de nuestras expresiones diarias. Son diferentes las generaciones que al día de hoy todavía recurren a algún refrán para señalar algún punto o aleccionar acerca de una circunstancia. O tan solo para aligerar una situación incómoda.
Una manera que han tenido los refranes de sobrevivir, es irse adaptando a los tiempos que transcurren. Es aquí donde destaca la creatividad de las personas. No solo adaptan refranes ya conocidos con nuevas frases o elementos de la cultura popular, sino que además le añaden un factor jocoso para hacerlos más atractivos. Es así como hoy día existen refranes que hacen referencia a las redes sociales y a problemas de la actualidad. De esta forma siempre existe la relación entre la actualidad y una lección antigua.
Otra fuente segura de refranes y frases graciosas son los medios tradicionales. Películas o programas de televisión siempre dejan en el colectivo alguna frase que resuena y los hace reír. De allí que algunos refranes sean modificados para recordar a algún personaje, o algún programa de televisión o película. Hasta se hacen asociaciones de cómo y qué diría un personaje específico, que se haya convertido en parte de la memoria colectiva.
Historias para niños
Los niños aprenden mucho más rápido jugando. Los juegos son su primer acercamiento a las dinámicas del mundo al que enfrentarán cuando sean adultos. De allí obtienen muchas lecciones de vida.
Cómo los refranes son estas lecciones resumidas en alguna frase, son perfectos para enseñarles alguna lección moral o valor. Y el mensaje lo entienden y reciben mucho más rápido si el refrán los hace reír. La risa siempre representa una conexión inmediata ante cualquier suceso. No solo los niños, los adultos también nos conectamos más rápido con un tema a través de la risa. Así es más fácil que un niño absorba el valor moral que contiene el refrán, pues es una frase que lo está haciendo reír.
Aunque nunca hay que subestimar la capacidad de aprendizaje de un niño, siempre es bueno reforzar la moraleja que está aprendiendo a través de alguna explicación más concreta. Lo importante es que el refrán cumpla su función, de forma que el niño entienda el mensaje de forma clara y agradable.
Los refranes como enseñanza
Los seres humanos siempre hemos tenido una conexión directa con los animales, son parte de nuestras vidas, bien sea como mascotas o para servirnos de ellos. No podemos separar el desarrollo de la humanidad de la compañía de los animales. Es así como es fácil identificarnos con refranes que hagan referencia a ellos, es una forma de que el mensaje llegue de forma más rápida y el contenido del refrán se entienda.
Una característica que siempre sobresale en los refranes, es el uso de comparaciones y metáforas con animales. Son mucho los refranes que los involucran, y casi existen para cualquier situación, dando a los animales características que se creen propias de ellos. Si bien es cierto que algunos animales tienen un comportamiento o rasgo definido, también es cierto que los refranes exageran estas características con la finalidad de entregar un mensaje. Pero aquí es donde entra la hilaridad de los refranes, pues al exagerar las características animales o compararlas con el comportamiento humano, ciertamente el mensaje se convierte en algo gracioso.
Riendo en la adversidad
Algo que puede darnos alegría durante momentos de adversidad es escuchar un refrán. A veces pasamos por situaciones que no son las ideales, que ponen a prueba nuestra fe en nosotros mismos y que perdemos las esperanzas de que la situación pueda mejorar. A veces, muchas de esas situaciones son provocadas por nosotros mismos sin saberlo, pero, siempre escuchamos algún refrán referente a esa situación y de inmediato somos capaces de aceptar y entender el porqué estamos viviendo ese momento particular de nuestras vidas.
Es la capacidad que tienen los refranes, de englobar los sentimientos y hacernos sentir que no estamos solos, que muchas generaciones atrás, muchas personas, pasaron la misma situación y dejaron su sabiduría disponible para nosotros. En ese momento es que descubrimos nuestra capacidad para reír. Pues siempre habrá algún refrán que no solo nos recuerde el porqué estamos viviendo cierta situación, o que no enseñe algo que debemos aprender, sino que además nos devuelva un poco la esperanza que nos hace falta.
Pero además, los refranes nos dan una herramienta muy poderosa para afrontar las adversidades, y es la capacidad de reírnos de nosotros mismos y de nuestras situaciones. Entendiendo lo que estamos atravesando en un momento determinado, los refranes son capaces de señalarnos que quizás nuestra actitud ante tal situación no es la más adecuada o pueden aligerar el momento haciéndonos notar rasgos de nuestra personalidad que de verdad pueden terminar siendo graciosos según el contexto.
No todos los refranes son graciosos
Los refranes recurren a exageraciones de todo tipo para ejemplificar una situación. A veces estas exageraciones son del todo inofensivas, pero en otras situaciones, los refranes presentan como chiste rasgos físicos, de personalidad, culturales o de raza. Esto tampoco está definido con una intención clara de herir los sentimientos de los grupos a los que hace referencia, sino que esos refranes fueron creados bajo un contexto histórico, donde aplicar esa exageraciones estaba hecho de forma correcta.
Un ejemplo de esto son los refranes donde participan judíos, gitanos o gallegos. Ciertamente dentro cierto contexto pueden parecer graciosas las exageraciones que hacen con respecto a estos grupos étnicos, pero para cualquier persona que pertenezca a cualquiera de estas etnias puede resultar ofensivo. Pero no todo tiene que ser tan negativo ni relegar a una situación de lo que está bien o mal, pues los refranes tienen la capacidad de cambiar y transformarse de acuerdo a la situación histórica que se esté desarrollando. Así que algunos refranes que hacen referencia a actitudes que no son propias de algún grupo social, han sido modificados de tal forma que no pierden su comicidad y aún son capaces de entregar la lección que encierran.
Lo mismo aplica para regionalismos. Existen refranes que hacen referencias de regiones o lugares de forma ridícula, o donde exageran los aspectos negativos de las mismas; o por el contrario, exageran los rasgos positivos dejando a sus regiones vecinas mal paradas. Una vez más, esto no se hace con el fin de ridiculizar u ofender, sino que simplemente al venir los refranes de la calle, son dichos que traspasaron generaciones tal y como fueron concebidos; aunque todavía algunos refranes nos den risa, siempre hay que evaluar su contenido para no resaltar aspectos negativos de una región, o un grupo de personas.